SERVET Gestión de la reproducción: vacuno, equino y ovino

Gestión de la Reproducción

Desde un criadero canino hasta una ganadería selecta de vacuno de alta producción, la reproducción es la base de su viabilidad económica.

Sin una gestión adecuada de la reproducción, no sólo su futuro estaría en el aire como empresa, sino que podría estar comprometiendo el estatus sanitario de sus animales.


A nivel “doméstico” tiene más importancia la obstetricia, es decir las tareas de seguimiento de la gestación, ayuda al parto y postparto en nuestras compañeras de fatigas.
Estas tareas nos mantienen ocupados buena parte de nuestro tiempo, especialmente entre los meses de septiembre y mayo, cuando se concentran los partos en el ganado vacuno.

ESTUDIOS DE FERTILIDAD

De vital importancia cuando las vacas se doblan o las yeguas tienen celos repetidos, o nuestra mascota no queda gestante tras varios intentos, estos estudios nos permitirán evaluar la fertilidad de un semental o de una futura madre y, cuando es necesario, poner un tratamiento o descartar ese animal para tal función.

Pero su relevancia es aún mayor a la hora de gestionar la reproducción en una explotación. Controlar problemas infecciosos que afectan a la función reproductiva o garantizar el buen estado de un semental antes de comprarlo, es lo que pone en valor el uso de estas técnicas cuando tratamos con explotaciones ganaderas, sean del tipo que sean.

El chequeo de nuestros reproductores usando diferentes técnicas, antes de la época reproductiva es más una inversión que un gasto, que nos reportará tranquilidad y ahorrará gastos posteriores en tratamientos, descarte de animales irrecuperables, o por los retrasos en la paridera que ocasionan estos problemas.

Una simple extracción del eyaculado para una valoración seminal del semental deseado antes de su compra, puede ahorrarnos mucho dinero y quebraderos de cabeza.

El uso de electroeyaculador o una vagina artificial nos permiten hacerlo de una forma relativamente sencilla.
Un raspado prepucial o vaginal y la toma de diferentes muestras, así como los estudios ecográficos, nos darán un buen conocimiento del estado en que se encuentran nuestras hembras y sementales.

Imagen: Estudio ecográfico de una yegua

Reproducción asistida

Las técnicas de reproducción asistida en medicina veterinaria se usan no sólo para el tratamiento de animales con problemas de esta índole, sino sobre todo para gestionar el programa reproductivo de las explotaciones ganaderas.

Los objetivos pueden ser diferentes: La inseminación artificial o la transferencia de embriones son utilizadas para aumentar el valor genético de una explotación, pero en determinados casos pueden usarse estas técnicas para evitar el retraso a la hora de cubrir a nuestras hembras.

También existen técnicas que nos permitirán la sincronización de los celos de nuestras reproductoras para concentrar la paridera en el momento más favorable ya sea por cuestiones ambientales, económicas u organizativas.

Inseminación Artificial (I.A.)

Inseminacion en una Vaca
Inseminación Artificial (IA) en vacuno

Es la técnica más extendida dentro de las de reproducción asistida en medicina veterinaria. Ya sea con semen fresco, refrigerado o congelado, se trata de cubrir a una hembra sin la monta del macho.

Así, esta técnica permite aumentar el valor genético al superarse las barreras geográficas, y también sirve para evitar riesgos biológicos, ya que el semen debe cumplir unos requisitos sanitarios para evitar la posible diseminación de enfermedades.

Es una técnica relativamente barata y sencilla, muy usada desde hace mucho tiempo en equino y vacuno lechero, y cada vez más en vacuno de aptitud cárnica.

Transferencia de Embriones

embriones congelados
Embriones congelados en nitrógeno líquido listos para ser elegidos y transferidos a una hembra para su implantación

Menos usual que la anterior, esta técnica es más cara y compleja. Su uso está más restringido y ligado al aumento de valor genético, ya sea para obtener una mayor producción ejemplares de alto valor o para subrogar la gestación en yeguas de competición, por poner un par de ejemplos.

En ganado vacuno extensivo lo usamos para aumentar el valor genético de la explotación disminuyendo los costes.

Por ejemplo: partimos de una ganadería con un determinado número de animales cruzados que deseamos sustituir por ejemplares puros. Podemos eliminarlos de la explotación y comprar esos ejemplares puros con el coste que esto supone en términos de desembolso económico y el tiempo hasta que comiencen a producir, o alternativamente podemos usar esas madres cruzadas como receptoras para los embriones sin perder el ritmo de producción, e ir sustituyéndolas por la  nueva reposición de raza pura nacida dentro de la explotación, disminuyendo así por otro lado los riesgos sanitarios (introducción de enfermedades).

Hay más ventajas, por supuesto, así como también hay inconvenientes técnicos, pero los beneficios que supone superan las desventajas de su aplicación.

Sincronizacón de celo

Sincronizacion Ovino

Extensamente utilizado en ganado ovino, tanto de producción cárnica como lechera, sirve al propósito de concentrar la paridera en determinados momentos, como tener corderos o terneros en un momento en que su valor en el mercado es mayor, o para organizar lotes de hembras paridas y mantener una producción lechera más estable a lo largo de la temporada evitando picos de producción excesivamente altos y temporadas en ausencia de ella.
También puede usarse como estrategia de prevención de enfermedades, como evitar partos en una determinada temporada en la que corderos o terneros son más susceptibles a enfermedades como, por ejemplo, las diarreas.

Obstetricia: ayuda al parto

En nuestro ámbito este término se refiere principalmente a la ayuda al parto. Y en este escenario, nuestra principal protagonista es la vaca. Ya sean novillas de primer parto con problemas, vacas con problemas en la presentación del ternero a la hora del parto o una mala elección del semental para nuestras reproductoras por diversos motivos, uno de los servicios más utilizados por nuestros clientes es el de obstetricia.

Se considera siempre como una urgencia. Una vaca debería parir por sí misma en 45-60 minutos, si no es así, algo está pasando.

Las maniobras para realizar un parto en una vaca o en más aún en una yegua, nos son fáciles, complicándose más aún cuando el ternero o el potro vienen mal colocados.

Así el parto puede llevarnos desde unos pocos minutos hasta varias horas. A veces, la cesárea se hace inevitable para intentar salvar a ambos.

Suele saberse rápidamente si esto va  a ser necesario y es habitual que las practiquemos «in situ«, en el caso de una yegua, si es posible, la remitiremos a un hospital de referencia para que la operación se lleve a cabo en un quirófano adecuado.

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